13.9.07

Parte 1. Introducción

En el momento que directores y actores del medio escénico actual ejercemos nuestra práctica se nos presentan diversas problemáticas prácticas, subjetivas y vinculares. Quizás estas problemáticas, además de tener la puntualidad que impone la obra que se está creando y la gente que la está haciendo, estén, además, vinculadas con la dinámica del medio escénico que nos toca habitar.

Pero, ¿cual es la dinámica de nuestro medio? o, preguntado desde nuestro interés práctico ¿cuales son las condiciones o presiones que este medio dispone como contexto de nuestro hacer?

Suponiendo que esto pueda encontrar algunas respuestas o especulaciones, ¿que utilidad tiene?

En principio, el poder identificar que actualmente muchas cuestiones vinculadas a la consistencia o inconsistencia práctica, subjetiva o vincular son simples datos de partida, puede habilitarnos a ciertas estrategias y complicidades que despeje y potencie la apuesta creativa. Luego, el percibir esas condiciones en los procedimientos vigentes nos permitiría ver cuanto de nuestro despliegue como actores y directores es un efecto del medio y cuanto un trazo propio.

Pero esto que nos preguntamos no parece ser algo en lo que abunde material para abordarlo.
Podemos notar que una de las características de nuestro medio teatral es que no emergen discursos sobre la práctica desde los artistas. Si el género discursivo del teatro moderno era el "manifiesto" el de nuestro teatro pareciera ser el “reportaje". En éste último, su función publicitaria impone condiciones de brevedad e impacto que limitan el despliegue propio de la reflexión práctica. Estas circunstancias hacen que los discursos que podemos tomar como herramientas de reflexión de nuestro ejercicio de la actuación y la dirección sean del mencionado teatro moderno (época en la que la práctica y la teorización eran consustanciales) o actuales pero colocados desde una posición externa a las problemáticas concretas que se presentan en la creación escénica (teoría teatral, crítica teatral, periodismo). En estas alternativas quedan sin abordaje la mayoría de las cuestiones que aparecen en nuestros ensayos.

¿Es posible actualmente pensar la práctica escénica contemporánea desde la práctica misma?

Quizás lo sea en la medida que las problemáticas de ensayo adquieran un estatuto artístico y se las estime como cuestiones en las que se juega y revela algo de la práctica escénica contemporánea.

¿Por donde empezamos?

Empecemos abordando las problemáticas prácticas del cuerpo de los actores. Dejemos que ellos vayan segregando y configurando la dinámica del medio en el que se inscriben desde el funcionamiento que vemos que adquieren. Los cuerpos de los actores saben muchas cosas que la teoría teatral ni sospecha. Esto es así al punto que el cuerpo como consensuada condición esencial del fenómeno teatral está nula o escasamente pensado. Es sintomática la ausencia de una reflexión que componga al cuerpo dentro del medio escénico contemporáneo. Quizás, entonces, partiendo de los cuerpos, podamos percibir otras cosas o ciertas cosas de otra manera.
(Sigue en Parte 2)

6 comentarios:

Peces muertos peces vivos dijo...

"Los cuerpos de los actores saben muchas cosas que la teoría teatral ni sospecha"
genial, por fin!!!!!
que palabras que me hacian falta!

alejandro catalán dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
alejandro catalán dijo...

Sí me gusta mucho esa frase. Tu señalamiento me la hace ver como la definición del núcleo central de la reflexión que intento: qué podemos pensar a partir de lo que percibimos que les pasan a los cuerpos de los actores. Ahí está el funcionamiento de la escena contemporánea como conducta concreta y silenciosa. Los supuestos teóricos e incluso mediáticos van a ver lo que necesitan encontrar.

Anónimo dijo...

Alejandro.
Muy bueno tu laburo.
Creo que se puede ir más lejos en la reflexión.
Quiero decir con esto que, prefiero hablar de que le sucede al actor, en vez de lo que le pasa al "cuerpo" del actor.
Me parece que el discurso curpo/actor lo divide, y creo que hay que integrarlo.

alejandro catalán dijo...

Alan: me interesa esto que me decís. Podrías explicarme más de esta división que ves Cuerpo/Actor?

Anónimo dijo...

Alejandro.
Me dedico a la dirección, pedagogía y en hace un par de años a la investigación y reflexión.
Considero que el teatro materialista que practicamos (Marx-Hegel-Stanislavski-Psicoanalisis-Gobierno de las ideas) puede y debe ser modificado.
Suele conceptualizarse que el actor TIENE un cuerpo, cuando en realidad el actor ES un cuerpo. si el actor TIENE un cuerpo entonces uno creerá que puede y debe controlarse ese objeto llamado cuerpo, mediante el aprendizaje de determinadas herramientas. Esta división actor/cuerpo es esquizofrenizante para el trabajo del actor.
Me identifico con el camino espiritual que propusieron Artaud y Grotowski y tal vez Alberto Ure también, pero Ure lo deja muy claro, entre creer y no creer en la magia, el elije no hacerlo.
Sigamos en contacto.