Este blog quiere pensar la actuación y, desde ella, el teatro. Si el arte tiene en la práctica su experiencia fundamental, el actor es el único que puede pensar la experiencia teatral desde la específica y exclusiva posición que asume frente al público cuando el teatro comienza. La posibilidad de un discurso actoral sólo requiere estimar esa posición y pensar el hacer por su propio beneficio práctico y subjetivo . Bienvenidos.
21.4.14
Che, n° 3
Che, el
teatro podrá ser de muchas maneras, podrá ser incluso sin actores ni
cuerpos perceptibles. De lo que quizás no pueda prescindir, si quiere
afirmar la esencia de su especificidad y potencia, es que en ese lugar y
momento en el que la gente está reunida, haya otro ser humano ahí
presente, que con cada uno de sus actos, esté decidiendo cabalmente el
proceso de la experiencia que conduce y comparte.
Prescindiendo de esto, el teatro podrá ser de muchas maneras pero en
todas se reducirá a una mera escenificación de la decisiones que donan u
ordenan los actos de una potencia trascendente. La esencia del teatro
sería entonces algo anterior a la discusión sobre la necesaria o
prescindible tarea de un actor, la suficiente presencia de un cuerpo
visible o ejecutor, o el estatuto de la palabra. La materialidad con la
que interviene allí el gesto humano, del que procede la experiencia que
se nos propone, puede ser la que sea; pero la potencia de su
acontecimiento fundamental se juega y manifiesta en el carácter decisivo
del acto de quien habita lo escénico. Así entendido, el teatro puede
tener un parentesco más directo y profundo con un dijey o un surfista,
que con lo que más comúnmente se llama teatro.
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